El texto se redactó durante la cumbre de la Comunidad Política Europea, que reunió en Copenhague a 47 Estados, entre miembros de la UE y países vecinos.

A la cumbre asistieron la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von de Leyen, y la Presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola.

Firmaron la declaración los dirigentes de Alemania, Andorra, Austria, Bélgica, Bulgaria, Chipre, Dinamarca, Grecia, Italia, Malta, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa, Rumanía y Suecia.

El texto aboga por "medidas más duras contra los contrabandistas" mediante una mejor gestión de las fronteras exteriores y la colaboración "en nuevas formas de combatir las bandas de contrabandistas, como el uso de regímenes de sanciones", informó la agencia EFE.

Además, la declaración aboga por la aplicación del Convenio Europeo de Derechos Humanos y la Convención sobre los Refugiados "para proteger contra los abusos y permitir a los gobiernos hacer frente a los desafíos modernos".

Para aumentar el número de retornos de inmigrantes considerados ilegales, los firmantes pretenden "establecer asociaciones nuevas e innovadoras, incluso con terceros países, para acelerar la tramitación y aliviar las presiones internas" y utilizar herramientas como la diplomacia y la concesión de visados.

Además, el texto también pide "colaborar con los países de origen y a lo largo de las rutas de tránsito" para fomentar el desarrollo, la creación de empleo, la educación y los retornos voluntarios "con el fin de lograr asociaciones mutuamente beneficiosas."