Un tren de CP perdió un vagón debido a la rotura de los enganches mientras viajaba entre Lisboa y Faro el lunes 13 de octubre.

El incidente, del que informó en primer lugar Público, se produjo entre Grândola y el Canal de Caveira. Aunque no causó heridos, fue "potencialmente muy peligroso".

El mismo periódico informa de que el tren de Intercidades salió de la estación de Oriente, en Lisboa, a las 14.02 horas y tenía prevista su llegada a Faro a las 17.35 horas. Sin embargo, en un momento dado, el acoplamiento que conectaba los dos vagones se rompió, dejando uno de los vagones desconectado del resto del tren.

Por razones de seguridad, el fallo de acoplamiento provocó la rotura de la línea general de freno, lo que hizo que el tren se detuviera inmediatamente. En otras palabras, ambas partes del tren se detuvieron automáticamente, como debería ocurrir en tales situaciones, independientemente de la pendiente de la línea.

El tren Algarve Intercidades acabó detenido en medio de la vía, con un vagón abandonado a pocos metros del resto del tren, y tuvo que ser rescatado por un tren de mercancías Medway cercano. El tren de CP fue finalmente remolcado hasta la estación de Grândola.

Según Público, el Gabinete de Prevención e Investigación de Accidentes Aéreos y Ferroviarios(GPIAAF) ya ha abierto un análisis preliminar para recabar información sobre el siniestro, que se cree que ocurrió debido a "algún fallo de mantenimiento".

Público también revela que, actualmente, uno de cada cinco vagones de Intercidades está aparcado en talleres a la espera de mantenimiento o reparación.

Según el diario, la empresa se enfrenta a la escasez de trabajadores especializados y también a la falta de fondos para adelantar los trabajos por falta de aprobación de instancias superiores. A veces, la compra de una simple pieza puede tardar semanas en ser autorizada.