Esta semana ha sido una de las más extraordinarias que he vivido en Lisboa, debido a la intensidad y diversidad de las reuniones. En un solo día tuve la oportunidad de asistir a tres grandes eventos: el foro dedicado al sector inmobiliario, la celebración del 95 aniversario del Día Nacional de Arabia Saudí y, en Cascais, la conferencia sobre la Economía Azul. Es sobre esta última sobre la que quiero escribir, porque representó algo más que un debate académico o empresarial: fue un encuentro de personas extraordinarias que trabajan por un futuro sostenible, desde Portugal al mundo.

Portugal aspira a convertirse en líder mundial de la Economía Azul. Es un objetivo ambicioso que requiere visión, una hoja de ruta clara y una colaboración sin precedentes entre empresas, gobiernos y educación. El impacto económico potencial es enorme. En la reciente Cumbre Económica Mundial sobre los Océanos, celebrada en Cascais, se estimó que esta industria emergente podría expandirse en Portugal un 30% de aquí a 2030. El 23 de septiembre de 2025, líderes de Fórum Oceano, C2EA y socios internacionales se reunieron en Cascais para explorar cómo maximizar las inversiones tendiendo puentes con la educación, la financiación y el espíritu empresarial. El evento híbrido también contó con intercambios con líderes de la emergente Economía Azul de Sausalito, California, incluido un diálogo sobre Financiación Azul entre el especialista de la CFI de Lisboa y el fondo de riesgo Band of Angels de Sausalito. Este intercambio global-local subrayó la oportunidad única que tiene Portugal de liderar, si alineamos nuestros recursos y ambición.

Créditos: TPN; Autor: Paulo Lopes;

La invitación llegó a través de Marianne Larned, autora del best seller Stone Soup for the World y directora fundadora del Stone Soup Leadership Institute. Marianne es una educadora innovadora y una voz inspiradora de la sostenibilidad, que ha utilizado durante décadas el modelo Sopa de Piedra para motivar a las comunidades a trabajar juntas por un mundo más justo, equitativo y sostenible. Su presencia aportó al acto la visión global de alguien que ha trabajado con jóvenes líderes de todo el planeta, desde inventores ecológicos a emprendedores sociales, y sabe cómo transformar historias en herramientas que empoderen a generaciones.

Otra aportación destacada fue la de James Ellsmoor, Director General de Island Innovation, una organización que conecta a comunidades insulares y rurales de todo el mundo con soluciones para el desarrollo sostenible. Con su experiencia internacional, mostró cómo las islas, tan a menudo consideradas periféricas, están en última instancia a la vanguardia de la innovación en energías renovables y adaptación al clima.

Créditos: TPN; Autor: Paulo Lopes;

El Ayuntamiento de Cascais, representado por Ana Margarida Ferreira, reforzó el compromiso local con el mar y la gobernanza de las cuestiones marítimas. Cascais ha sido pionera en la integración de las estrategias oceánicas en su agenda política, y su intervención fue una prueba más de que la acción local puede ser el motor de un gran cambio global.

También fue muy relevante la participación de Rodrigo Oliveira, responsable de proyectos de Economía Azul en Fórum Oceano, entidad que lidera el Cluster de Economía del Mar en Portugal. Su presentación mostró claramente cómo el país se está posicionando como líder mundial a través de instrumentos como Hub Azul, una red de infraestructuras de innovación que integra universidades, centros tecnológicos y empresas, y el Portugal Blue Digital Hub, un centro de innovación digital centrado en soluciones para la sostenibilidad de los océanos. También se destacaron proyectos en áreas emergentes como la biotecnología marina, la robótica submarina, la salud y las energías renovables náuticas y offshore. Quedó patente que Portugal combina la tradición marítima con una visión de futuro, situándose como verdadero protagonista de la Economía Azul. Aquí, más que cifras o informes, hubo un mensaje claro: tenemos los recursos, el conocimiento y la energía para liderar, pero debemos creer y actuar.

La reunión también sirvió de escenario para la financiación y la creación de carreras profesionales para los jóvenes. José Gamito Pires, especialista en Finanzas Azules de la Corporación Financiera Internacional, presentó perspectivas concretas sobre cómo movilizar capital para proyectos sostenibles relacionados con los océanos. Álvaro Sardinha, a través de la Feria de Empleo Blue Careers, reforzó la importancia de crear puentes entre los jóvenes y las oportunidades profesionales emergentes en este sector. Fue gratificante ver a jóvenes como Miguel Roque, empresario de Cascais al frente de Volta Adventures, o Ana Rosa Ventura da Silva, delegada de la isla de Terceira en las Azores y estudiante de gestión en Lisboa, defender con convicción la sostenibilidad y la educación de los jóvenes. Son ejemplos vivos de que la próxima generación está preparada para liderar, y depende de nosotros abrirles las puertas.

Al final, quedó claro que la Economía Azul en Portugal es mucho más que un concepto: es una estrategia de futuro, con impacto económico, social y medioambiental. Es un sector capaz de generar empleo cualificado, atraer financiación internacional y situar a nuestro país en la vanguardia de las soluciones globales a los retos del mar.

Me sentí realmente privilegiado por formar parte de este evento, especialmente en un día en el que la agenda estaba repleta de otros importantes compromisos. Fue un momento de reflexión, pero también de inspiración, que me hizo creer aún más en el potencial de nuestra Economía Azul y en el papel esencial de la juventud y la financiación para lograrlo. Salí de Cascais con una convicción clara: Portugal, con sus talentos, sus recursos y su visión, lo tiene todo para ser un faro de sostenibilidad en el siglo XXI. Y este futuro no es sólo un destino a alcanzar, es un camino que ya ha comenzado, y en el que todos tenemos la responsabilidad de caminar juntos.