Como consecuencia, muchas parejas retrasan o simplemente renuncian a tener hijos. Las consecuencias de este fenómeno ya empiezan a preocupar a demógrafos y responsables políticos.
Fecundidad crónicamente baja
El descenso de la natalidad en Portugal no es repentino ni aislado. Afecta por igual a las mujeres de Sintra, Oporto, Lisboa y otras zonas urbanas y rurales. La tasa de fecundidad se mantiene por debajo del nivel de reemplazo desde hace varios años. En 2024, se calcula que cada mujer tendrá, de media, 1,40 hijos. Aunque se prevé un ligero aumento para 2025, los cambios son mínimos y es poco probable que inviertan la tendencia.
La evolución reciente muestra una modesta recuperación tras los niveles más bajos de la última década. En 2021, la tasa era de 1,35. Subió a 1,42 en 2022 y alcanzó 1,44 en 2023. Sin embargo, la caída registrada en 2024 pone de manifiesto la fragilidad de esta recuperación. Portugal sigue lejos del umbral de reemplazo y carece de una trayectoria clara de mejora sostenida.
Menos nacimientos, más envejecimiento
Este estancamiento de la fecundidad tiene consecuencias directas sobre el número de nacimientos. En 2024 se registrarán menos de 85.000 nacimientos, lo que supone un descenso del 1,4% respecto al año anterior. Esto se traduce en un crecimiento natural negativo de la población, ya que el número de defunciones sigue superando al de nacimientos.
Como resultado, Portugal tiene algo más de 10 millones de habitantes, de los que los mayores de 65 años constituyen una parte cada vez mayor. La edad media sigue aumentando, lo que refuerza una estructura demográfica envejecida con una renovación generacional limitada.
Un tercio de las madres son extranjeras
En este contexto, la inmigración ha desempeñado un papel cada vez más importante en la dinámica demográfica de Portugal. En 2024, cerca de un tercio de los recién nacidos tenían madres nacidas fuera del país. Este fenómeno, que ha crecido en la última década, ha contribuido a sostener parcialmente el número de nacimientos. Sin embargo, no es suficiente para invertir la tendencia general de disminución de la maternidad.
¿Cómo se compara Portugal con el resto de Europa?
En comparación con el resto de Europa, Portugal está ligeramente por encima de la media de la UE en términos de fecundidad: 1,40 frente a 1,38 hijos por mujer en 2023. Aún así, está por detrás de países como Bulgaria (1,81) y Francia (1,66), que lideran el continente en tasas de fertilidad.
En el extremo opuesto, países como España (1,12) y Malta (1,06) registran cifras aún más bajas. Portugal, por tanto, ocupa una posición intermedia: por delante de sus vecinos del sur, pero aún por debajo de los niveles necesarios para garantizar la renovación generacional.
A qué se debe este declive y cómo abordarlo
Las causas de este descenso son variadas, pero los especialistas en salud reproductiva de Simple Eros destacan los siguientes factores clave:
● Aplazamiento de la maternidad, que a menudo se retrasa hasta los 35 años, cuando la fertilidad ya es más baja.
● Dificultades económicas y laborales.
● Falta de políticas de apoyo a la familia y de conciliación de la vida laboral y familiar.
● Migración, tanto interna como internacional.
Aunque la inmigración ha aumentado en los últimos años, no ha sido suficiente para compensar el bajo número de nacimientos. Sin duda, Portugal se enfrenta a un doble reto: la baja natalidad y el envejecimiento acelerado. Sin medidas concretas para fomentar la maternidad, mejorar las condiciones de trabajo y promover el equilibrio entre la vida laboral y familiar, el país corre el riesgo de que empeoren los desequilibrios sociales y económicos en las próximas décadas.






