El sistema tiene su núcleo en el campus universitario, donde se instaló una escultura en forma de brújula con 62 paneles solares, que produce por sí sola electricidad suficiente para alimentar un aula llena de ordenadores en el edificio de artes y educación.

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El proyecto, financiado con una subvención de sostenibilidad de 35.000 dólares canadienses del gobierno federal y mediante donaciones de tecnología, ya ha obtenido un beneficio neto, aunque los investigadores señalan que se pueden hacer más innovaciones para mejorar la eficiencia eléctrica.