La distinción del proyecto Start Campus como Proyecto Europeo de Centro de Datos del Año, concedida en los DatacenterDynamics Awards 2025, en Londres, confirma algo que hace tiempo dejó de ser solo una ambición. Portugal se está afirmando como uno de los países mejor posicionados de Europa para albergar infraestructuras digitales sostenibles y a gran escala, preparadas para la nueva era de la computación intensiva y la inteligencia artificial.
SIN01, situado en Sines, es hoy uno de los proyectos más avanzados del continente. No sólo por su tamaño, sino por la forma en que se diseñó desde el principio. Es el primer centro de datos a escala de gigavatio del mundo que utiliza un sistema de refrigeración por agua de mar, logrando un consumo cero de agua y unos niveles de eficiencia energética que sitúan al proyecto en la vanguardia mundial. En un sector cada vez más presionado por criterios medioambientales, este detalle marca la diferencia.
Pero la innovación no se queda ahí. El campus está diseñado para soportar las demandas de la próxima generación de computación, incluidas cargas de trabajo de inteligencia artificial con densidades superiores a 130 kW por rack. Esto significa que Sines no sólo está preparado para el presente. Está preparado para el futuro de la computación en nube a hiperescala y de alto rendimiento, áreas en las que la demanda está creciendo exponencialmente.
También hay una clara alineación con la trayectoria energética de Portugal. El proyecto se inscribe en una matriz cada vez más renovable y en una estrategia de descarbonización a largo plazo, algo decisivo hoy para los inversores internacionales. La transformación de antiguos emplazamientos industriales clausurados en un polo de la economía digital verde europea es un ejemplo concreto de cómo el desarrollo económico puede ir de la mano de la sostenibilidad y la regeneración territorial.
He tenido la oportunidad de seguir este viaje no sólo desde la distancia. En la Web Summit pude hablar directamente con Omer Wilson, CMO de Start Campus, que me dijo que siguiera mis artículos durante mucho tiempo. Este diálogo refuerza algo en lo que creo profundamente. Cuando los que invierten, los que construyen y los que analizan el país comparten la misma visión, el ecosistema se hace más fuerte, más informado y más ambicioso.
Este premio no solo valida un proyecto. Valida una estrategia. Sines se afirma como puerta estratégica para la conectividad transatlántica, para la nube global y para la próxima generación de inteligencia artificial. Y Portugal se consolida como destino fiable para inversiones tecnológicas a gran escala, en un momento en que Europa busca soberanía digital e infraestructuras resistentes.
Después de años hablando de potencial, este reconocimiento muestra algo aún más relevante. El potencial se está haciendo realidad. Y cuando esto ocurre, el país deja de prometer y empieza a liderar.







