Cada verano, la moda nos lanza una bola curva. El año pasado fue el rojo y el estampado de leopardo, este año es la guinga y los pantalones capri: el incómodo pantalón de largo medio que divide a la opinión más que el Marmite en una tostada.

Aunque puede que el controvertido capri te genere dudas, este pantalón de inspiración italiana es en realidad la prenda de transición perfecta para tu armario de verano a otoño, cuando las temperaturas bajan pero el sol sigue brillando.

Los orígenes de este estilo son sencillamente geniales. Creado en 1948, el pantalón corto se convirtió rápidamente en el uniforme de la dolce vita.

"Tomaron su nombre de la emblemática isla de Capri, capturaron la esencia del glamour italiano relajado y se convirtieron en una sensación en la isla a finales de los 50 y principios de los 60, antes de globalizarse", explica la diseñadora y podcaster Amanda Wakeley OBE.

En los años sesenta, Audrey Hepburn, Marilyn Monroe y Brigitte Bardot los habían convertido en sinónimo del glamour continental".

En 2025, el regreso de los capris parece menos nostálgico y más una continuación de la obsesión de la moda por las siluetas afiladas y entalladas, impulsando la obsesión actual de canalizar el "estilo euroveraniego", como señala Wakeley, "esta vez vuelven como parte del renovado amor de la moda por la sastrería refinada y las líneas limpias y arquitectónicas".

Ahora que los capris vuelven a dominar las calles, te explicamos cómo llevarlos sin que parezca que has salido de 1955.

El largo importa

No todos los capris son iguales y, al igual que ocurre con los vaqueros, la clave está en conseguir el largo perfecto.

El estilo tradicional hasta la rodilla es chic en teoría, pero en la práctica corre el riesgo de convertirse en una prenda de gimnasia.

Hoy en día, muchos diseñadores prefieren un corte más ajustado al tobillo, que favorece las proporciones. Como dice Wakeley, "combinado con un corte de cintura alta, es la versión más favorecedora para todos, ya que el destello del tobillo atrae la mirada hacia abajo sin crear una ruptura brusca en la proporción".

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Si es la primera vez que te pones unos capris, opta por un largo ligeramente más largo para evitar que resulten incómodos o poco favorecedores a la hora de peinarlos.

Equilibrio en la parte superior

Los capris no suelen perdonar si se llevan sin tener en cuenta el resto del conjunto.

El truco está en jugar con los opuestos: delgado por abajo, oversize por arriba. Una camisa extragrande o una chaqueta abultada, incluso una prenda de punto holgada, harán que el look pase a ser de 2025.

"Me gusta compensar una parte inferior entallada con más volumen en la parte superior, como una chaqueta o una camisa oversize", explica Wakeley. "Prefiero un pantalón capri de cintura alta para alargar la pierna".

No descuides el calzado

Nada saboteará más rápido un par de capris que un calzado inadecuado. Las deportivas gruesas son un no rotundo y las plataformas pesadas no te harán ningún favor.

"Los zapatos planos elegantes, sobre todo las sandalias de punta o las bailarinas, quedan muy bien, al igual que las sandalias de tiras con tacón fino o fino", dice Wakeley. "Yo evitaría cualquier cosa demasiado gruesa, ya sean deportivas, plataformas o plataformas".

Los zapatos finos alargan la línea de la pierna y evitan que el dobladillo afilado parezca torpe.

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Cómo llevar los capris del día a la noche

La fuerza inesperada de los capris es lo versátiles que pueden ser, y no sólo con los cambios de tiempo.

"Los capris pueden pasar sin esfuerzo del día a la noche si se llevan bien", dice Wakeley.

Para el día, una raya bretona y unas sandalias planas evocan a Hepburn en la Riviera. Para la noche, un pantalón negro entallado con una blusa de seda y joyas esculturales es una gran alternativa a un vestido de cóctel.