El aumento se debió principalmente a las jubilaciones anticipadas debidas a la flexibilización de la edad, que crecieron un 32% en comparación con el año anterior, hasta 15.300, mientras que las jubilaciones por desempleo de larga duración aumentaron sólo un 1,9%, hasta casi 9.000.
Según el Jornal de Negócios, este aumento se produjo tras la decisión del Gobierno de mantener la edad de jubilación en 66 años y 4 meses para 2024, a pesar de las nuevas estimaciones de esperanza de vida del Instituto Nacional de Estadística(INE), y sin empeorar de forma inmediata el factor de sostenibilidad. Este factor, que determina los recortes aplicables a las prestaciones por jubilación anticipada, se elevó al 16% en 2024, reflejando las cifras provisionales de esperanza de vida.
El informe de sostenibilidad financiera de la Seguridad Social también indica que había 102.000 personas que habían solicitado prestaciones de jubilación anticipada pero que aún no habían alcanzado la edad normal de jubilación, lo que supone un descenso del 4,5% respecto al año anterior. La edad normal de jubilación en 2025 es de 66 años y 7 meses, y pasará a 66 años y 9 meses en 2026. El factor de pensión actual se mantiene en el 16,93%, manteniendo las normas de recorte para quienes se jubilan anticipadamente.