A pesar de su belleza, es una especie invasora que causa graves problemas para la salud, la biodiversidad y la economía. Según la investigadora Hélia Marchante, profesora de la Escuela Superior de Agricultura de la Politécnica de Coimbra(ESAC-IPC) e investigadora del CERNAS - Centro de Recursos Naturales, Medio Ambiente y Sociedad, "la hierba de la Pampa se ha extendido muy rápidamente en nuestro país. Sustituye a la vegetación autóctona y es cara y difícil de controlar una vez establecida".
Cada pluma puede liberar miles de semillas, fácilmente transportadas por el viento. Además de su rápida dispersión, la especie agrava las alergias y los problemas respiratorios; forma densas matas que eliminan las especies autóctonas; y genera elevados costes de eliminación para municipios, empresas y propietarios. "Cuanto más tiempo la dejemos pasar, mayor será el coste medioambiental y económico. El control precoz y la prevención son las estrategias más eficaces", subraya el experto. "Y los ciudadanos pueden desempeñar un papel esencial", prosigue. Para ayudar, cada ciudadano puede: informar de los incidentes al proyecto Invasoras.pt a través de la app iNaturalist/Biodiversity4All; retirar las plumas antes de la dispersión de las semillas -hasta finales de septiembre-; y arrancar las plantas jóvenes, impidiendo su establecimiento.
Hélia Marchante recuerda que la hierba de las pampas está incluida en la Lista Nacional de Especies Invasoras(LNEI), establecida por el Decreto-Ley nº 92/2019, por lo que su plantación, comercialización y propagación son ilegales. "Durante este período crítico de floración, es urgente la colaboración entre los ciudadanos, las autoridades locales y las empresas para detener la propagación de esta especie invasora y, al hacerlo, proteger la salud, la biodiversidad y el paisaje", dice la especialista.
            







