Su creación ganadora -una poética mezcla de sostenibilidad, tradición y simbolismo- resonó entre el jurado y el público, reafirmando su creciente reputación en la escena de la moda portuguesa.
El look se concibió como una narración tejida a partir de la memoria y la reinvención. La base era un traje sastre confeccionado con blondas donadas por ancianos residentes en Lagos. Sobre él se colocó un vestido de organza, transformado a partir de una vieja cortina y estampado con fotografías de archivo de atuendos costeros de décadas pasadas. El conjunto se completaba con un par de zapatos que Jessica había encontrado hace años en una tienda de segunda mano, y que más tarde se dio cuenta de que procedían de Borlinha Lagos, una zapatería tradicional que sigue funcionando en la ciudad. "Compré estos zapatos hace años y esta vez me di cuenta de que eran originales de Borlinha Lagos", explicó. "Me emocionó, como si hubiera tropezado con un fragmento de la historia de nuestra ciudad". Una toalla de playa, estampada con una imagen que recuerda los restrictivos códigos de vestimenta que se imponían antaño a las mujeres, añadía la última capa de simbolismo.
Créditos: Facebook; Autor: J-ANT.;
La propia presentación se convirtió en parte esencial de la historia. Mientras la modelo avanzaba lentamente por la pasarela al son de "Mulher Vento" de Carminho, el fadista del Algarve de fama internacional, el público se sintió atraído por el ambiente. En el momento álgido de la actuación, la modelo se quitó el vestido de organza, dejando sólo el body. El acto fue una metáfora deliberada de la liberación de las restricciones a las que se enfrentaban las mujeres en el pasado, reclamando un sentido de libertad e identidad. A continuación, colocó la toalla sobre la pasarela y se tumbó sobre ella, encarnando a la vez la vulnerabilidad y la resistencia: un homenaje al pasado y un reflejo de la renovación.
"Este año tenía otros planes, pero mi idea original no estaba funcionando y, mirando atrás, parece que estaba destinada a ser así", reflexionó Jessica. "Lo que surgió en su lugar fue un concepto con el que me sentí realmente conectada. Quitarme el vestido simbolizaba quitarle peso a la historia, mientras que con el upcycling intento devolver a la moda elementos de la tradición, reimaginados para hoy".
Créditos: Facebook; Autor: J-ANT.;
Jessica trabaja en su estudio de Rua do Cemitério 29, en Lagos. Allí crea prendas únicas marcadas por el detalle meticuloso, pero basadas en un sentido de la facilidad, con paletas neutras, fibras naturales y texturas orgánicas que confieren a sus diseños una serena atemporalidad.
Su reconocimiento consecutivo en Banho 29 Lagos pone de relieve no sólo su visión creativa, sino también su papel a la hora de mantener vivo el patrimonio en el marco de la moda sostenible.